Quizá el pánico escénico invadió esta reportera del clima, o de seguro recibió una buena noticia y le alegró el momento a tal punto de llorar de la risa. El caso es que tanto ella como los espectadores y hasta nosotros nos dejamos contagiar por la risa de esta mujer.
Ahora lo retamos que reciba los reportes meteorológicos sin reírse… ¿Puede?