En esta oportunidad, el joven presentó a un amigo suyo coreano, el cual le cuenta las experiencias que ha tenido en Colombia, cómo aprendió el español y otros temas de interés; pero le presentó quizá uno de los tragos más característicos no solo de Medellín, sino de Colombia: el aguardiente.
Una vez se mandó el primer trago, su expresión no pudo ser otra que de rechazo, pero cuando lo terminó de probar, le pidió otra copita a su compañero: