Pues parece que en Campeche, México, madre e hija sufrían de sed al mismo tiempo, y al ver que solo quedaba una cerveza en el refrigerador (no podían dividirla), la solución fue enfrentarse con machete en mano.
Un vez comenzó la batalla sparta, las dos guerreas se disputaban la única cereza a vida o muerte, pero los vecinos se dieron cuenta de la trifulca y decidieron llamar a la Cruz Roja para que atendiera oportunamente el caso.
Aunque nadie supo cuál fue el final de esta calurosa y sedienta historia, lo único que se pudo ver fue que las tres mujeres se negaron a ser atendidas por los médicos.