Todo comenzó cuando el padre de Ardi Rizal, un niño que habita en Indonesia, le dio una caja de cigarrillos solo para jugarle una broma cuando solo tenía 18 meses de edad, pero nunca imaginó que su pequeño sería un adicto a la nicotina.
Cuando Ardi Rizal cumplió dos años de edad, fue motivo de indignación mundial, pues se fumaba en promedio 40 cigarrillos diarios. Sus padres se comprometieron a quitarle por completa aquella adicción al cigarrillo, pero no contaron con que el pequeño se volviera dependiente de la comida “chatarra”, lo que provocó un sobrepeso incontrolable en la etapa de su crecimiento.
Hoy en día Ardi lucha por su salud y se comprometió con tratamientos psicológicos, lo que ha forjado un buen camino, ya que superó su adicción por la comida y ahora emprende una batalla por bajar esos kilos que tiene de más.