Al parecer, los cuatro jugadores del equipo asistieron a una alocada fiesta sin permiso del cuerpo técnico, es decir, se volaron de la concentración un día antes de un importante partido. Para colmo de males, Cobreloa cayó goleado 4 a 0 lo que desató la furia del presidente del equipo, Gerardo Mella, al enterarse el acto de indisciplina en el que habían incurrido los jugadores: “nos están engañando a todos, hay que delatarlos. No seremos cómplices de esto”.
Al ser reveladas los videos de la fiesta y la escandalosa fotografía del buen “Pepe” Barrera, los jugadores pidieron disculpas públicas, sobre todo a la policía chilena; sin embargo, ese arrepentimiento no fue suficiente para las directivas del club, quienes despidieron a los cuatro jugadores.