2016 ha sido el mejor de la carrera del portugués Cristiano Ronaldo. No lo fue por el número de goles que anotó, pero sí por los títulos que conquistó.
Primero fue el de la Liga de Campeones, que selló al anotar el penalti decisivo en la definición de la final contra el Atlético de Madrid en el estadio San Siro.
Después llegó su cita con la historia en la Eurocopa de Francia, al ser el capitán y alma de la primera selección portuguesa en conquistar un trofeo internacional.
Esas conquistas le hicieron merecedor indiscutido de su cuarto Balón de Oro , el premio que este año volvió a entregar de manera independiente la revista France Football tras el tenso divorcio que tuvo con la FIFA.
El delantero portugués quedó a uno del récord del argentino Lionel Messi , con quien se ha repartido todos los premios individuales desde 2008.
Esta lucha entre dos futbolistas excepcionales ha sido uno de los duelos deportivos más intensos y espectaculares de la historia.
Cada uno fiel a su estilo, diametralmente opuestos, pero con el gol como máxima expresión de su calidad , ha logrado permanecer a un extraordinario nivel durante más de diez años.
De hecho, los números de sus estadísticas son tan espectaculares que muchas veces nos olvidamos que son seres humanos.
La rivalidad entre Cristiano Ronaldo y Lionel Messi ha tenido algunas consecuencias contraproducentes .
Una es la saturación que ha habido de la imagen de los dos, la constante mención de ambos por cualquier cosa que hacen o dejan de hacer. Esto se ha traducido en una disminución en el interés general por ellos.
Ronaldo ganó la Liga de Campeones con el Real Madrid tras anotar el último disparo en la definición por penales.
La otra es la eliminación del factor sorpresa en cuanto a los premios por selección, como el Balón de Oro, lo que ha hecho que dejen de ser relevantes para la valoración de ambos.
Más teniendo en cuenta todas las versiones que ha habido del galardón y las diferentes lecturas que puede tener.
Tanto el Balón de Oro, como el premio que entregará por primera vez la FIFA en enero, The Best , son reconocimientos individuales en un deporte que se basa en una colectivo , lo que de por sí genera un elemento contradictorio.
Es verdad que la estrella lusitana jugó un papel crucial en las campañas del Real Madrid en la Champions y de Portugal en la Eurocopa, pero también lo tuvieron varios de sus compañeros.
En el conjunto blanco también brillaron el costarricense Keylor Navas, el español Sergio Ramos o el galés Gareth Bale.
En la selección lusitana estuvieron el portero Rui Patricio, Nani o Eder, autor del gol de l a final que Ronaldo tuvo que ver desde el banquillo tras salir lesionado en la primera parte .
Desde su concepción, en 1956, el Balón de Oro no estuvo dirigido a calificar a un jugador como el mejor del mundo, sino a reconocer la trayectoria de un futbolista por lo que hizo en un determinado año .
Tampoco tuvo un alcance global ya que durante décadas solamente se consideraron a jugadores europeos. Recién en 1995 se amplió para cualquier futbolista que militara en un club en Europa.
Estas limitaciones hicieron que ninguno de los dos jugadores que son considerados los mejores de la historia, el brasileño Pelé y el argentino Diego Armando Maradona, lo obtuvieran durante sus carreras.
Además está el hecho de la carga subjetiva de la votación .
En un principio el jugador fue elegido por los periodistas de la revista France Football, pero después de la fusión con la FIFA entre 2010-2015, también se amplió a entrenadores y capitanes de las selecciones nacionales.
El ganador del Balón de Oro de 1996 no fue Diego Armando Maradona sino Igor Belanov, jugador del Dínamo de Kiev y la Unión Soviética.
La curiosidad es que desde entonces, Messi y Ronaldo se excluyen mutuamente de su selección.
Por último está lo confuso que resultan los premios .
A excepción de los seis años en que coincidieron, el Balón de Oro y la FIFA vienen entregando sus propios galardones por separado.
En el caso de la FIFA, desde 1991 otorga el mejor jugador del año y, a partir de este año, hará lo propio con los premios llamados The Best («El mejor»).
Lo más seguro es que Ronaldo sume el premio The Best que la FIFA entregará en enero a su cuarto Balón de Oro.
La principal diferencia es que el organismo abarca a todos los futbolistas del mundo -aunque nunca ha figurado uno que no juegue en un club europeo-, distingue a la mejor jugadora y los mejores entrenadores. También tiene un reconocimiento al mejor gol el año.
En general el Balón de Oro y la FIFA han coincidido en su selección, pero hubo años que no fue así y quedó la duda de cuál de los dos debió prevalecer.
Por ejemplo, en 1996 el alemán Matthias Sammer obtuvo el premio de France Football tras haber ganado la Eurocopa y la Liga de Campeones con el Borussia Dortmund, mientras que el brasileño Ronaldo recibió el de la FIFA luego de una gran campaña con el PSV Eindhoven y su posterior fichaje con el Barcelona.
El francés Jean-Pierre Papin perdió la final de la Copa de Europa con el Marsella en 1991, pero obtuvo el Balón de Oro de la revista France Football.
Será un debate que seguramente volverá a ocurrir y que con el paso del tiempo se volverá a olvidar .
Porque, al final, los premios individuales por elección nunca tendrán más valor histórico que la copa que se logra en equipo.
No importa que el ganador sea Ronaldo, Messi o cualquier otro.
INFORMACIÓN BBC MUNDO