«Buena suerte Carlitos. Siempre estarás en nuestros corazones» fue el mensaje de Boca Juniors para despedir a quien ha sido una de las grande figuras en la historia del club, Carlos Tévez.
El delantero argentino jugará a partir de ahora en el club chino Shanghái Shenjhua, quien confirmó el fichaje de su nueva estrella en un traspaso que se estima superó los US$100 millones, incluido el estratosférico salario que estaría convirtiendo al Apache en el futbolista mejor pagado del mundo.
Según las informaciones en la prensa británica, Tévez recibirá unos US$700.000 a la semana, lo que equivale a ganar US$75 por minuto.
Tévez llega a tiempo para reforzar al Shanghái Shenjua, entrenado por el uruguayo Gustavo Poyet , que el próximo 8 de febrero jugará un partido clave de clasificación para la Liga de Campeones asiática.
El Shenjua es uno de los dos clubes de la ciudad y en sus filas cuenta con los colombianos Freddy Guarín y Giovanni Moreno, además del nigeriano Obafemi Martins.
El otro club de Shanghai es el SIPG, entrenado por el portugués Andrés Villas-Boas, que hace una semana oficializó la contratación del brasileño Oscar en un fichaje que se estima también estuvo alrededor de los US$75 millones.
De hecho, el fútbol chino se ha convertido en uno de los actores de mayor peso en los movimientos del mercado de transferencias en los últimos 12 meses.
Los nombres de Tévez y Oscar hay que sumarlos a los de Hulk (US$58 millones del Zenit al Shanghai SIPG), Alex Teixeira (US$51 millones del Zenit al Shanghai SIPG), Jackson Martínez (US$42 millones del Atlético de Madrid al Guangzhou Evergrande) y Ramires (US$29 millones del Chelsea al Jiangsu Suning).
Pero ¿cómo hace un fútbol que está ubicado según la FIFA en el puesto 82 del mundo , entre San Cristóbal y Nieves y las Islas Faroe, competir con las grandes ligas del fútbol europeo?
En primer lugar está el ambicioso proyecto del presidente Xi Jinping de convertir a China en una superpotencia mundial para el 2050.
Para ello no ha escatimado esfuerzos ni dinero, destinando más de US$850 mil millones en infraestructura.
Y la Superliga china (CSL, por sus siglas en inglés), que se creó en 2004, es el foco central de todo el proyecto, atrayendo a varias de las principales compañías en China.
El más exitoso club chino, el Guangzhou Ervergrande, actual campeón, es propiedad de una de las empresas de construcción más grande s del país y del grupo Alibaba .
El Jiangsu Suning pertence al Suning Commerce Group, uno de los mayores comerciantes, mientras que el principal accionista del Beijing Guoan, de la capital china, es el grupo CITIC, una compañía de inversión propiedad del Estado.
La CSL firmó la última temporada un contrato por los derechos de televisión de unos US$1.25 mil millones por cinco años , cifra minúscula en comparación con lo que recibe la Liga Premier en Inglaterra, pero que tiene un gran potencial de crecimiento dada su presencia en el mercado asiático.
La ubicación geográfica y su exposición a una región con miles millones de personas hace que no necesite competir con las tradicionales ligas europeas o sudamericanas, y al ser la liga que está atrayendo a las figuras del fútbol es la que más atención está generando en el continente.
El Guangzhou Ervergrande se ha convertido en el gigante del fútbol chino gracias al aporte económico de Evergrande y Alibaba.
Más de las mitad de los estadios de los 16 equipos de la CSL tienen capacidad para más de 50.000 personas y al aumentar el espectáculo en la canchas también va creciendo la presencia de aficionados en las gradas, promediando más de 20.000 espectadores por partido , cifra similar al de la Liga en España.
No por nada el italiano Antonio Conte, entrenador del actual líder de la Liga Premier en Inglaterra, llegó a decir que el fútbol chino se está convirtiendo en una amenaza para los clubes europeos a raíz de la contratación de Oscar.
¿La razón? Porque al poder atraer a un jugador que a sus 25 años todavía está en la plenitud de sus capacidades y al lograr que Tévez abandonara el club de sus amores parece demostrar que es un fútbol capaz de persuadir a cualquier figura que juega actualmente en Europa , tal vez con la única excepción de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi.