Paul recuerda este momento en las declaraciones que dio para el medio ‘Uncut’. En esta entrevista cuenta cómo en aquellos días él se mantuvo en un nivel «alto de alerta» después de que Mark Chapman disparara al que había sido su amigo y compañero en los Beatles.
McCartney empezó a sufrir de paranoia por el hecho de vivir en una gran casa rural en el sur de Inglaterra, en la que no disponía de ningún tipo de vigilancia o protección especial.
«Teníamos una pequeña valla para marcar el perímetro, principalmente para alejar a los zorros, porque teníamos algunas gallinas. Estaba en alerta y miré por la ventana y vi a alguien una maldita escopeta y un patrol«, dijo el músico.