“El 3 de diciembre del 2015 no es el día en que Scott Weiland murió. Es el día oficial que el público utilizará para llorar por él, el último día que pudo apoyarse delante de un micrófono para el beneficio financiero y disfrute de los demás. Las condolencias y oraciones que se ofrecen a nuestros hijos, Noah y Lucy, ha sido abrumadora, apreciado e incluso reconfortante. Pero la verdad es que, como tantos otros niños, perdieron a su padre hace años. Lo que verdaderamente pierden el 3 de diciembre es la esperanza”.
Forsberg agrega que no es su intensión deslustrar el talento de Weiland; pero, considera que no hay que olvidar los motivos que causaron esta partida. Tal y como se asegura en la carta, esta no es la primera vez, ni será la última que algo similar suceda.
“Leímos que él ‘amaba pasar tiempo con sus hijos y que había estado libre de drogas por años’. En realidad, lo que nadie quiso reconocer era a un hombre paranoico que no podía recordad sus propias letras y que solo fue fotografiado con sus hijos unas pocas veces en sus quince años de paternidad”.
Mary también revela que el Servicio de Protección de Menores le prohibió al músico estar solo con sus hijos, pero que mantenía la esperanza de verlo recuperado, adoptando otras decisiones.
“Ellos [sus hijos] nunca pisaron un pie en su casa, y no recuerdan la última vez que lo vieron para un Día del Padre. Estamos enojados y tristes por su pérdida, pero estamos más devastados de que él haya decidido rendirse. Noah y Lucy nunca buscaron la perfección en su padre. Ellos simplemente tenían la esperanza de que se esforzara un poco más”.
La carta finalizó con una solicitud:
“Elijamos hacer de esta la primera vez que no glorificamos esta tragedia con conversación sobre el rock and roll y los demonios que, de hecho, no tienen que venir con él”.