El líder de Motörhead, Lemmy Kilmister falleció el pasado lunes a los 70 años a consecuencia de un «cáncer muy agresivo» cuyo diagnóstico afrontó con gran entereza, según afirma su mánager Todd Singerman. Aunque en un principio su pronóstico vital era de dos a seis meses, finalmente el roquero murió dos días después de obtener los resultados de las pruebas médicas que determinaron que padecía cáncer «en el cuello y en el cerebro».
A pesar de que su mánager le recomendó que no compartiera la noticia de su enfermedad, Lemmy quería que sus seguidores supieran lo que estaba sucediendo, aunque finalmente no tuvo tiempo de explicárselo.
«Él estaba en plan: ‘No, no. Adelante, prepara el comunicado de prensa. Quiero que la gente sepa que tengo cáncer. Es algo malo y deberían saberlo’. Así es como se sentía», añade Todd.