Todo empezó en el barrio donde trabaja, lugar donde tienen prohibido que los recolectores empiecen su chamba antes de las 7 de la mañana para que los habitantes no interrumpan su sueño.
Como Kevin era un hombre independiente que vivía bajo sus propias reglas, un día empezó a trabajar a trabajar a las 5 am un día, lo pillaron y llegaron los problemas.
Ante esta situación, el fiscal del caso aseguró que multar a la compañía responsable no iba a funcionar y además, para sorpresa de todos, pidió el castigo más duro que pudiera tener Kevin.
Si creían que ir a prisión era su único problema, pues están en un error. Kevin tiene que mantener a su familia por lo que acordó que irá a la cárcel durante 14 fines de semana seguidos, pero que trabajará recolectando basura de lunes a viernes.