El vocalista, Yannis Philippakis, ofreció una entrevista para el portal ‘mundo sonoro’ en la que cuenta todas las claves para lograr ser una de las mejores nuevas bandas en el mundo.
Esta fue la entrevista realizada por el portal ‘mundo sonoro’:
“Quedan exactamente dos meses para que nuestro cuarto álbum de estudio llegue a las tiendas. Tras la gran acogida que tuvo “Holy Fire” no sé si te sientes algo nervioso cuando piensas en la futura recepción de estas nuevas canciones.
Siempre es curioso comprobar cómo el público acoge las canciones, pero en este caso lo que quiero es que la gente pueda escuchar el disco completo en conjunto, no canciones sueltas que pueden llevar a una falsa impresión. Eso es lo que realmente me interesa, que pueda disfrutarse de “What Went Down” del primero al décimo tema.
Justo ahora empiezas la promoción de “What Went Down”, pero imagino que ya has dejado de escucharlo, ¿no? Teniendo presente que el disco ya lleva semanas acabado, reescucharlo constantemente puede ser un ejercicio algo obsesivo y masoquista por tu parte.
Sin duda, distanciarse de lo que ha marcado tu día a día durante meses siempre es positivo. Por mucho que ahora empiece la promoción de este nuevo álbum, ya hace semanas que he dejado de escucharlo. Hasta antes de tener el máster me obsesiono demasiado y por eso trato de desconectar de lo que ya hemos hecho. Puedo tardar perfectamente cinco años, o incluso mucho más, en volver a ponerme uno de nuestros discos.
¿Eres de lo que recuperando tus álbumes anteriores siempre encuentras pequeñas taras, cosas que cambiarías con la perspectiva del tiempo?
Un par de cosas quizás sí que cambiaría, pero al fin y al cabo detalles sin importancia. Me gusta más poner la mirada en el futuro que regodearme en el pasado. Lo hecho, hecho está.
Después de trabajar con Flood en “Holy Fire”, para esta ocasión os habéis puesto en manos del Simian Mobile Disco James Ford en su estudio de la Provenza. ¿Qué os animó a ficharle como productor?
Teníamos en mente irnos a Nueva Orleans o a Sudáfrica, pero al final nos decantamos por Francia porque no nos veíamos volando más de diez horas y tan alejados de casa. Tanteamos la idea de volver a trabajar con Flood después de lo bien que funcionó nuestro anterior largo, pero al final fuimos fieles a nuestra idea de trabajar con un productor diferente en cada disco. Ya habíamos pensado en James hace años, pero él está tan ocupado siempre que hay que pactar los timings de trabajo con mucha antelación y, hasta ahora, no había sido posible tirarlo adelante. La elección de James era muy obvia para nosotros: es británico, tiene un gran gusto, toca maravillosamente la batería y entiende tanto el mundo de la electrónica como el del rock, lo cual es algo muy positivo.
¿Su estudio está en Arles?
Cerca, en Saint-Remy-de-Provence, la ciudad en la que Van Gogh fue ingresado después de que se cortara la oreja. La idea de encerrarnos juntos en el estudio durante unas semanas nos gusta porque así nos exprimimos al máximo. Aunque para desconectar también nos fue de lujo el lugar porque está en un marco precioso. Cuando podíamos nos dedicábamos a pasear o a sentarnos en una terraza para tomar unas buenas copas de vino.
Si no voy errado, estas nuevas diez canciones han nacido en muy pocos meses, algo poco dado en nosotros. ¿Hay alguna explicación a esta rapidez?
Imagino que para ti, con la fama de perfeccionista que tienes, no debe haber sido fácil cambiar el chip de esta forma.
No es que sea fácil o difícil, sino que es más bien una cuestión del tiempo. Si te impones un timing más rápido y limitado no puedes pensarlo todo tan al detalle. La obsesión por la perfección se desvanece, y ese ejercicio ha sido muy positivo para nosotros.
¿Después de actuar en el Bestival porque no decidiste tomar unas merecidas vacaciones? No habéis parado y un pequeño descanso siempre sienta bien para amueblar la cabeza…
¿Y por qué debería tomarme unas vacaciones? Justo cuando pones punto y final a una gira estás eufórico por los conciertos que has dado, sientes una energía increíble en tu interior que debes aprovechar al máximo. Muchas ideas te vienen a la cabeza estando de gira y sería muy estúpido por nuestra parte si no aprovecháramos ese buen momento en el que la maquinaria está en pleno rendimiento. Quizás, de cara a cuando cerremos esta nueva etapa, sí que me tomaré un cierto tiempo para mí. Ya se verá, pero siempre hay la posibilidad de que me involucre en algo que no sea de Foals propiamente dicho.
Escuchando el disco me viene a la cabeza en muchos momentos la sutileza que caracterizaba “Total Life Forever”, aunque también hay ciertos puntos en común con los números más bravíos que había en “Holy Fire”. ¿Estás de acuerdo con esta impresión?
Al componer este largo no pensaba en “Total Life Forever”, pero no estoy en desacuerdo en lo que dices. Sonoramente queríamos hacer ahora algo que no sonase tan épico, con menos reverb ni efectos que despistaran la escucha. Además, mi voz creo que en esta ocasión cobra un mayor protagonismo, más que la instrumentación en sí. En discos anteriores, por culpa de las demos, quizás teníamos una idea preestablecida en la cabeza de cómo queríamos sonar y después en el estudio nos dábamos cuenta de que aquella idea inicial se había esfumado por el camino. En este caso no nos ha ocurrido eso. “What Went Down” es más contenido y confidente en gran medida, y la versión final de los temas son, sin duda, las mejores que hemos podido grabar.
La canción que da título al disco puede llevar a falsas impresiones, ya que aparte de esos minutos y “Snake Oil” lo que predomina en el resto del largo son los medios tiempos. ¿Con qué careta os sentís más cómodos?
Aunque algunos no lo crean, para mí “What Went Down”, la canción, no es algo tan diferente de “Inhaler” o “Providence”, simplemente es un paso más. Tanto podemos hacer una balada acompañada sólo de un piano como un tema súper rockero a 150 bpm con guitarras ruidosas mientras grito: una cosa y la otra reflejan lo que somos. Aparte, estamos en un punto en el que realmente hacemos lo que nos da la gana. Podríamos haber firmado otro “My Number” o un LP como “Antidotes”, pero eso no es lo que nos apetece porque sino acabaríamos aburriéndonos de seguir el mismo patrón una y otra vez.
Asimismo, las letras en esta ocasión me parecen bastante menos metafóricas y encriptadas que anteriormente. Al igual que la primera toma ha sido decisiva, ¿acaso te has dejado llevar por la escritura automática?
No exactamente. El tema de las letras siempre es algo muy subjetivo. Para mí “Holy Fire” era más confesional en ese sentido, pero sí que es cierto que con los años disfruto más la simplicidad. En este LP no estaba tan interesado en la narrativa, sino en escribir de una forma más primitiva. Gran parte de las letras fueron escritas muy rápidamente y capturan muchos miedos e inseguridades. Hay muy poco ego por mi parte y lo que canto podría decirse que es más puro.
¿Escribir las letras es la parte del proceso creativo que más disfrutas?
No puedo separar las letras de la música jamás. Escribir es algo que con el tiempo sí que he aprendido a disfrutarlo cada vez más. Me ha ocurrido un poco lo mismo que con mi voz. Al principio sentía mucha vergüenza e inseguridad cantando, pero con los años me he dado cuenta de que amo cantar. Me gusta la forma en la que puedes esculpir sensaciones y colores con las letras; me apasiona jugar con las palabras y disfruto con la responsabilidad de poner letra a las canciones”.
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