En este incidente, la adrenalina estuvo a su más bajo nivel cuando el conductor del carro blanco, que no quería ponerse bajo las órdenes de las autoridades, quiso demostrar su rebeldía y decidió fugarse, aunque procuró no forzar la máquina de su vehículo
Después de detener “por las buenas” la marcha del vehículo en fuga, se procedió a someter con toda delicadeza al fugitivo.