AP Images/ Todd Williamson

Charlie Sheen es expulsado por la fuerza de un bar

Laura Moreno

El controvertido Charlie Sheen acudió a Hennessey’s Tavern de Dana Point (California) tras un día de pesca este sábado y aunque posó de buena gana para las fotos que le pedían los fans, la tarde se torció cuando una mujer trató de grabarle con el teléfono. De un manotazo le quitó el móvil de la mano, rompiéndolo, lo que hizo que la seguridad del local le echara aplicando sobre él una llave de lucha libre para inmovilizarle, según revela TMZ.

Sin embargo, el actor de 50 años no se tomó tan mal su expulsión, hasta el punto de que dio un apretón de manos al guarda de seguridad antes de irse en un coche conducido por otra persona.

Muy distintas han sido otras experiencias suyas en restaurantes. En marzo de este año dejaba 1.400 dólares de propina tras abonar una cuenta de 629 dólares en una comida con el dentista Kevin Sands, el cómico Jon Lovitz y el actor Darius McCrary en el Café Roma de Beverly Hills.

«Charlie estaba de muy buen humor, era todo sonrisas. No paraba de decir que era todo gracias al gran trabajo que el doctor Sands había hecho en sus dientes durante años», contaba un testigo de la escena a Radar Online.

La factura ya llevaba incluida una propina de 115 dólares pero el intérprete quiso ser más generoso, lo que dejó conmocionado al camarero.

«[El camarero] estaba sorprendido al leer el recibo, ya que el total era de 2.000 dólares. Charlie le dijo que no era un error, aunque la propina ya estuviera incluida», aseguró uno de los presentes al mismo medio.

Y ya antes había hecho algo parecido, en septiembre de 2014 ofreció 1.000 dólares a un camarero de una hamburguesería de Filadelfia después de que el jugador de fútbol americano LeSean McCoy le dejara una propina de 20 centavos de dólar, lo que llevó al local a subir a su página de Facebook el recibo con la «generosa» cantidad. Ante esto, Charlie tuiteó: «Querido Tommy Up de PYT en Filadelfia. Por favor dile a Rob K que le prometo dar 1.000 dólares para él tras la debacle de la propina. Solo quiero ayudar. No juzgo».

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