Es importante recordar que Avril Lavigne empezó a experimentar los síntomas en octubre del año pasado, poco después de cumplir los treinta.
Al acudir a distintas consultas médicas para obtener un diagnóstico, ningún doctor la tomó demasiado en serio: argumentaron que sus síntomas se debían a una fatiga crónica o depresión.
‘Esto es lo que le hacen a un montón de personas que tienen la enfermedad de Lyme’, afirmó. ‘No tienen una respuesta, y te dicen que estás loco’.
Recordando todo el proceso de enfermedad y recuperación, la cantante no pudo evitar llorar, sobre todo, al recordar el apoyo y fuerza que le dieron sus seguidores.