Por culpa de un chisme que corrió más rápido que Usain Bolt, los barranquilleros salieron a las calles a celebrar la estrella octava que se les fue en dos minutos en Medellín.
Barranquilla se volvió una fiesta porque supuestamente el conjunto tiburón había demandado irregularidades en el partido contra Nacional.
Si en el partido de la final los barranquilleros lloraron de la decepción de su equipo no me quiero imaginar la chillada de anoche cuando supieron que era una broma.
Por último los queremos nominarlos como los idiotas de la semana ganando por goleada.
Pille un video para que no lo cante, ni se abrace antes de un gol: