Mötley Crüe se despide

Glam ha sido una estética y mil sonidos. Y ha estado presente en bandas tan diferentes como como Queen o Poison, solistas como Lou Reed y David Bowie y hasta en Locomía o Alaska y Dinarama.

Se le atribuye su creación a un músico que sobrepasó, solo por un par de años el fatídico club de los 27. El inglés Marc Bolan. Marc, inadecuado como casi todos los pioneros, integró una banda con una estética pesada y rococó como su nombre. Tyrannosaurus rex, conocida posteriormente solo como T Rex.

Con su agrupación, comenzó a adoptar una estética que influiría posteriormente el mood gringo. Para ilustrar un poco lo que usted está leyendo, de no ser por T Rex, tal vez no hubiesen existido KISS, Sweet, Slade y Bowie no se habría convertido en el gran duque del rock.

Bolan no se inventó nada, solo adaptó un imaginario que le parecía cómodo y diferente y se lo puso para tocar un estilo blues rock, que se convertiría en Hard Rock o como lo llaman algunos despectivamente Hair Rock, refiriéndose a los grandes peinados utilizados por sus intérpretes.

Nos toco a nosotros, quienes vivimos tardíamente el glam ochentero, escuchar canciones de Poison, Motley Crue o Cinderella. Buen Rock, bastante baladoso en algunas oportunidades pero que comenzó a identificarnos con algo en algún momento. Cuando veíamos sus carátulas nos quedábamos casi en shock, porque sus fuertes sonidos contrastaban con caras perfectamente maquilladas, bufandas de plumas y pantalones bien pegados, que los machos no seríamos capaces de lucir.

Son famosas las sesiones de fotografía de Poison en las que cada uno de los integrantes de la banda tenía dos o tres estilistas, pendientes del rubor que les marcara la cara, las uñas debidamente pintadas y un tráiler lleno de combinaciones inverosímiles, que después se inmortalizarían en instantáneas que aun vemos.

Debo confesar que tuve un par de afiches del inicio de la carrera de los GNR y de Cinderella en la pared de mi casa en Armenia cuando era niño y mi abuela Omaira me los hizo quitar con el argumento de que eran “feos y maricas”.

Por: Andrés López