No voy a hacer el álbum de Panini. No me interesa. Quise hacerlo pero las ganas se me esfumaron en un fin de semana. Confieso que lo esperé con ansias, que hablaba con mis amigos de llenarlo, de comprar una caja –algo impensable hace varios años- y llenarlo bien rápido. Pero no, ya no quiero.
Si digo que lo esperé con ansias no estoy mintiendo. Pero la estrategia de venta me sacó de taquito de la lista de interesados. En un vil arrebato de mercadeo sacaron primero la caja y los sobres y esperaron una semana para sacar el álbum. Salió un domingo y un día después ya había centenares de personas con él lleno. ¿Qué, dos días? Eso no es nada. ¿Qué emoción va a tener eso? Me quedo con mi recuerdo del único álbum que llené…y todo gracias a un golpe de suerte.
Cuando llegó el mundial de 2002 compré el álbum y muy juicioso fui comprando sobres de laminitas/calcomanías/monas/esquelas/figuritas/etc. (de ahora en adelante laminitas para efectos de lectura) y de a poco fui llenando equipo por equipo, escudo por escudo y estadio por estadio hasta completar el 99.9% del álbum. Pero como el dios Panini no quería que mi felicidad fuera completa me quedó faltando solo una laminita para llenar por completo el álbum. SOLO UNA: Cristian Vieri, delantero italiano.
Tal era mi tristeza. Casi todo el álbum lleno, salvo por una sola laminita. Un solo jugador. La primera vez que estuve tan cerca de llenar un álbum. No lo hice con el de las chocolatinas Jet. No lo hice con el de Alf. No lo hice con ningún otro álbum y justo me había quedado corto por una sola laminita. UNA SOLA. Era como botar un penalti en el último minuto. Como recibir un jab de derecha en la oreja en el último round. Cristian Vieri, perro. Nunca apareció.
Y así pasó el tiempo. Guardé el álbum en el armario del olvido y mi vida siguió. Pero la suerte estuvo de mi lado…¡y de qué forma!
Cuatro años después llegó el mundial de Alemania y de nuevo llegó la emoción del álbum. Volvían las 32 selecciones a las justas…e Italia repetía. Y Vieri estaba nuevamente convocado…¡y salía en el álbum!
Tan pronto lo vi recordé el álbum que estaba guardado en el armario del olvido y no se necesitó de mucho ingenio para saber qué era lo que tenía que hacer.
Cristian Vieri, con su uniforme italiano y cuatro años más viejo y más canoso y con el logo de Alemania, llegó para llenar el único álbum que he llenado en mi vida.
El dios Panini se apiadó de mí.