“En el salón de mi novia con su madre dormida en el sofá de al lado, cuando tenía 13 o 14 años”, responde el londinense. Hasta ahí, llama nuestra atención la precocidad como el descaro. Pero la cosa va más allá cuando el guitarrista cuenta, entre risas: “pero la dopamos… con halcion”, una droga sedante recetada para el insomnio grave.
El guitarrista se escuda en que el interés en experimentar con nuestra faceta sexual es algo genuino de la naturaleza humana. La cosa cambia, sin embargo, si puedes ser arrestado, por ejemplo, por practicar sexo en público. “Si fuera a ser arrestado, me cerraría la bragueta y saldría por patas”.
“No existe un lugar ridículo donde practicar sexo, si puedes hacerlo”, afirmó el guitarrista.