Casa llena, chocolate espeso

rockandgol

Todos los amantes del fútbol soñamos alguna vez con  hacer parte de la plantilla oficial del equipo de nuestros amores; sueño que solo se podía hacer realidad si marcábamos buena diferencia con el balón en los pies, si fuéramos hijos de un jugador profesional, o si tuviéramos un tío rico y poderoso que moviera sus influencias para alcanzar nuestro objetivo. En mi caso, como en el de la mayoría: ninguna de las anteriores. Por eso somos  hinchas y todos  sabemos lo difícil que es ser  aquel que  ríe,  llora,  goza,  sufre,  alienta,  putea,  reza, salta y hasta  se tapa los ojos cuando hay un penal, esperando que el grito o el silencio a su alrededor le avise si la pelota traspasó la línea de gol.

Veamos este ejemplo de lo que vive un noble hincha durante un partido de su equipo:

El sábado Santo, Millonarios recibió al Tolima y lo acompañaron un poco más de 20.000 personas que perfectamente podían haberse quedado en casita viendo Superman II,  la Biblia, Ben-Hur,  León peleador sin ley o Indiana Jones y la última cruzada; pero sin importar que Millos ya estaba clasificado, que venía de perder dos partidos seguidos y que el rival no mostraba muchos pergaminos, la gente respondió como  de  costumbre.

La hinchada de Millonarios siempre está con el equipo, gane o pierda, sin importar el rival, por eso seguramente habrá casa llena y chocolate espeso en esta etapa final del campeonato lo cual se convierte en el plus que tendrá el equipo para alcanzar el objetivo.

Disfrutemos de este homenaje a la  gran hinchada de Millos:

@monolaocorredor

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