Los fabulosos cuatro acababan de completar "Let It Be" en 1969, pero aún no habían roto, cuando Lennon y su mujer Yoko Ono se sentaron en Toronto con el crítico musical de la revista Village Voice y DJ de radio Howard Smith, en una entrevista de una hora de duración.
"Estamos atravesando el infierno. A menudo lo hacemos. Es una tortura cada vez que producimos algo", reveló Lennon.
"The Beatles no tienen ninguna magia que tú no tengas. Sufrimos un infierno cada vez que hacemos algo y tenemos que batallar con cada uno de nosotros. Imagina trabajar con The Beatles, es duro", afirmó.
"Hay sólo tensión. Es tenso cada vez que la luz roja (en el estudio de grabación) se enciende", añadió.
Publicado en mayo de 1970, y clasificado por la revista Rolling Stone como uno de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, "Let it Be", fue fundamentalmente grabado en Londres en 1969 para complementar una película del mismo nombre.
La canción que le da título y "The Long and Winding Road" pasaron a la historia como dos de las más memorables de la banda británica.
Pero para Lennon, que fue asesinado en Nueva York en 1980, "Let it Be" fue un "álbum extraño" que reflejó cómo las fricciones habían crecido entre él y sus compañeros de grupo Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.
"Nunca lo terminamos realmente. No queríamos hacerlo. Fue Paul quien nos empujaba a hacerlo. Son los Beatles con sus trajes fuera", afirmó.