Un ladrón, en Nueva Zelanda, quedó impresionado se entregó a la policía después de haber encontrado, en medio de la oscuridad de una casa en la que había entrado, a una persona que se había ahorcado.
Los vecinos, luego de escuchar los gritos, llamaron a la policía pensando que se trataba de una disputa doméstica y cuando las autoridades arribaron al lugar, notaron que la situación era completamente diferente.
El hombre cuyo cuerpo colgaba había muerto días antes del robo y si no hubiese sido por el intruso, quizás nunca hubiese sido descubierto, informaron fuentes policiales.
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