De concretarse, sería la primera vez que Apple diversifica su línea de teléfonos con modelos significativamente diferentes desde el lanzamiento del iPhone en el 2007. Esta incentiva surgió de la presión que genera el avance de rivales como Samsung.
En 2010, ya había desarrollado un diseño para el teléfono, muy similar a la versión de alta gama. En ese momento, Apple habría decidido no avanzar con el proyecto porque implicaba complicaciones en su cadena de producción y, en su lugar, optó por vender iPhone anteriores a un precio más barato que el último modelo.
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