La investigación realizada por Brigham Young University, de Utah, Estados Unidos, analizó lo que sucede cuando alguien miente en una conversación de WhatsApp, en las redes sociales.
Encontraron que se puede detectar a un farsante porque tarda más en responder, edita más mientras escribe -borrando y reescribiendo- y sus mensajes son más cortos de lo habitual.
Mientras que en un contexto presencial las personas pueden detectar mentiras con precisión en un 54% de las ocasiones, este porcentaje baja en la comunicación digital, al no poder oír la voz del interlocutor ni ver la expresión de su rostro o los gestos de sus manos.
En su experimento, Meservy y sus colegas trabajaron con más de un centenar de estudiantes universitarios, que mantuvieron conversaciones con un ordenador que les formulaba decenas de preguntas. Al pedirles que mintieran en la mitad de sus contestaciones, los científicos comprobaron que tardaban un 10% más de tiempo en escribir las respuestas falsas y que estas últimas eran editadas muchas veces más.