Clásicos o modernos, desvergonzados o pudorosos, contemplativos o juguetones, atléticos o rellenitos, padrazos o depravados. Una playa es un lugar profundamente democrático en el que convive todo tipo de gente, y en el que al final todos compartimos miserias a pecho descubierto. Sin focos, sin alzas, sin ropajes molones diseñados a medida, después de todo no somos tan distintos. Esa es la primera conclusión después de contemplar a Slash, Jon Bon Jovi, Bono, Bruce Springsteen y James Hetfield.
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