Según un artículo publicado en confused.com, un experimentó reveló que nuestra manera de conducir puede cambiar a causa de si tenemos la radio prendida o apagada; también cambios en los tiempos de reacción o en la velocidad a la que conduce una persona pueden variar según el estilo de música.
Según las conclusiones del estudio, un beat más rápido puede generar excitación lo cual provoca que el conductor se concentre más en la música que en la carretera. También causa que una persona maneje más rápido como si estuviera compitiendo con el tempo de una canción. ¿“Don’t Stop Me Now” de Queen? Mejor no lo intentes.
Entonces, ¿no hay ningún tipo de música que no tenga un efecto nocivo para el conductor? Según el Dr. Simon Moore, un profesor de Psicología en el London Metropolitan University, la música ideal es aquella que imite los latidos del corazón, o sea, entre 60 y 80 latidos por minuto. Mientras tanto, el volúmen debe de estar entre 55 y 65 decibeles. Canciones de artistas como Norah Jones, Elton John y Coldplay entran sin problemas en esta categoría.