No hacía frío. Tampoco calor. A las 11 de la mañana, el termómetro marcaba 15 grados centígrados, así que no llamaba la atención ver a personas que entraban y salían en camiseta. Claro que nadie imaginaba ver a una mujer de 49 años sin una sola prenda encima.
Luego de recorrer el almacén, paró a un par de empleados y les preguntó qué hora era. Ante el atónito silencio de ambos, los despidió con un amable "que tengan un buen día" y se fue del local. No compró nada.
"Nadie quería hablarle. No es una situación en la que uno quiera verse involucrado", afirmó Bob Eakin, el gerente del comercio, al diario Times Union.
Inmediatamente después entró a Stewart’s Shops, una tienda más pequeña que está a pocos metros de la otra.
A los pocos minutos la detuvieron con la intención de realizarle estudios para evaluar su estado mental.
"Un psiquiatra la examinó y dijo que estaba perfectamente bien. Es decir, una respuesta muy diferente a la que habían anticipado. No había consumido drogas ni medicaciones de ningún tipo", afirmó Murphy.
Entonces, ¿por qué fue de compras desnuda (y no compró nada)?
"Se trata sencillamente de una persona que cree en la libertad del nudismo. Ésa fue su explicación", contestó el fiscal.
Fue liberada a las pocas horas y le informaron que va a ser citada por una corte. Si la llegaran a condenar por exhibicionismo, podría pasar
90 días en la cárcel.