Pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, falló en contra de los hermanos afirmando que el Gobierno de Alemania tiene derecho a prohibir el incesto.
El caso levantó una gran polémica en Alemania y varias voces piden que el país se una a otros como Francia, Turquía, Japón y Brasil en donde las relaciones sexuales entre parientes son legales.
Patrick vivió en un centro de acogida desde los tres años y a los siete se fue a vivir con su familia adoptiva a Potsdam, cerca de Berlín. Hasta los 20 años no localizó a su familia natural y no conoció a su hermana, Susan, de 16 años. En el año 2000 murió su madre biológica y su relación se intensificó, un mes después comenzaron a tener relaciones sexuales.
La pareja de hermanos tuvo cuatro hijos entre el año 2001 y el 2005, dos de los cuales son discapacitados. Los niños están bajo la tutela de los servicios sociales alemanes.
El tribunal europeo sustenta su fallo en "la protección del matrimonio y la familia" y en "el riesgo de un daño importante" en los hijos nacidos del incesto.