Como ganador, participó en la construcción del avión gigante, que terminó siendo un modelo de cartón corrugado de 363 kilos, 13,7 metros de largo y alas de 7,3, el avión de papel más grande que alguna vez se haya construido.
La nave fue bautizada como “Águila del Desierto de Arturo” y fue lanzada en el desierto de Sonora desde 820 metros de altura, alcanzando una velocidad de 160 km/h en un vuelo de 10 segundos, antes de desplomarse al suelo (como todo avión de papel).
El avión fue construido por la agencia de diseño Art Thompson, para llevar a la realidad al modelo ganador del concurso, que buscaba generar interés de los jóvenes en la aviación e ingeniería aeronáutica. Al menos Valdenegro quedó convencido, y ahora dice que quiere ser ingeniero aeronáutico cuando crezca.