El modelo dispone de baterías alojadas en el interior del chasis que se recargan por completo en dos horas y media. Tanto el bastidor como el basculante están fabricados en fibra de carbono reforzada con polímeros. Su peso es de 11 kilos, sin contar los componentes eléctricos, que aportan una ligera carga extra.
Además, cuenta con tres modos distintos de pedaleo, según la necesidad. Por ejemplo, se puede combinar con un motor eléctrico y alcanzar una velocidad de 80 kilómetros por hora. O bien, forzar la carga para ejercitar las piernas y adelgazar.
Lo más destacado, sin embargo, es su conexión wi-fi, que se puede sincronizar con el teléfono móvil y dar órdenes sobre el funcionamiento pulsando las opciones en una pantalla táctil, según consigna la agencia Europa Press.
«Cuando se llevó a cabo el desarrollo de Audi e-bike Wörthersee nos basamos en los principios del diseño de la competición de motor como base de inspiración», explicó Hendrik Schaefers, uno de los diseñadores del Concept Design Studio Munich.
«El aspecto de e-bike es de ser increíblemente precisa, tremendamente emocional y estrictamente funcional. Así, el esfuerzo de diseño está centrado en su función como máquina deportiva. Todos los elementos de diseño se han alineado firmemente con las características técnicas», añadió.