Será el primero en Europa, y el segundo en todo el mundo por el valor de sus piezas, tras el Hall of Fame de Cleveland, Estados Unidos, según su fundador, Jordi Tardá. El conocido periodista musical ha cedido su dilatada colección privada, valorada en más de dos millones de euros, a este nuevo centro, que espera atraer a 200.000 visitantes al año.
El museo nace con la finalidad didáctica de «relatar la historia del rock a través de sus piezas», según explica Tardá. Y es que cada uno de los 500 objetos de la galería encierra su particular contribución a la leyenda de las divinidades rockeras. En la sala dedicada a los Rolling Stones se encuentra la entrada 0001 del primer concierto que el grupo, bautizado como ‘la banda más poderosa del planeta Tierra’, hizo en España. Fue el 11 de junio de 1976 en la plaza de toros de La Monumental en Barcelona.
El mismo Jordi Tardá, que entonces trabajaba para la promotora de conciertos Gay and Company, pidió personalmente a ‘sus satánicas majestades’ que firmaran aquella primera entrada, con el precio impreso de 900 pesetas. Otra curiosidad de la sala: una tarjeta de crédito del mismísimo Mick Jagger (aunque sin acceso a su abultada cuenta corriente). Tardá relata cómo la consiguió: en una visita de los Stones a Barcelona, en 1990, durante una cena en un restaurante. «Cuando acabaron de cenar, Jagger fue a pagar con la tarjeta y le dijeron que estaba caducada. Pidió al camarero que le trajera unas tijeras, cortó la tarjeta caducada en dos y pagó con otra». Tardá, que también estaba en aquella cena, se quedó con la inutilizada.
El periodista ha mantenido una relación personal con los miembros de la banda, a quienes define como «personas corrientes, como todos nosotros». «Sobre el escenario los grandes rockeros son grandes profesionales, pero fuera de él son personas normales que cada día se levantan, desayunan, llevan sus hijos al colegio, si los tienen, y luego van al estudio y escriben canciones o ensayan. Tienen sus rutinas, como el resto de los mortales».
Colección
La sala dedicada a los Beatles recoge verdaderas joyas, como los dibujos originales de la película ‘Yellow Submarine’, en 1968, o una guitarra acústica Gallotone Champion, el mismo modelo de la primera guitarra de John Lennon. Con este modesto instrumento, adquirido en los años cincuenta por alrededor de diez libras a través de una revista musical, Lennon dio sus primeros conciertos con Paul McCartney en la banda ‘The Quarrymen’, precedente de los Beatles.
Otra pieza que hará las delicias de los amantes del cuarteto de Liverpool: un disco de prueba que nunca vio la luz. Era un proyecto de la discográfica TK que quería incluir una cara con canciones de los Beatles y otra con temas de los Rolling Stones, en 1970. No consiguió sacarlo adelante por razones legales. Tardá consiguió ese original a través de un ingeniero de sonido que trabajaba en la discográfica.
El primer bajo original de Kurt Cobain, líder de Nirvana, tiene su espacio en el pasillo central del museo, dedicado a las Décadas del Rock y sus movimientos más representativos, desde el punk, el heavy o el grunge. El mismo Cobain regaló este primer instrumento a Tardá. «Le entrevisté cuando sacó su disco ‘In Utero’ y cuando supo que yo era coleccionista quiso regalarme una pieza para mi colección», relata. En esta sección también están expuestos los manuscritos originales de las letras de la canción ‘I’m on Fire’ (1984) de Bruce Springsteen, escritos en un arrebato de inspiración del Boss durante una gira.
La sala de exposiciones temporales, que se irá transformando en función de la actualidad musical, recoge en este caso un homenaje a Queen, en conmemoración del cuadragésimo aniversario de la formación de la banda. Incluye curiosidades como ediciones de discos censuradas. Un ejemplo: la portada del single ‘Bicycle Race’ (1978) con una chica regordeta en ‘top-less’ -aunque de espaldas-, en su edición original en el Reino Unido, y con biquini, en la edición australiana, que sufrió el dictamen de la censura.
Situado en la cuarta planta del recién inaugurado centro comercial Las Arenas, en la antigua plaza de toros de Barcelona, el Museo del Rock tiene también una sala dedicada a grupos nacionales, con discos y objetos de los Mustang, Loquillo y Manolo García, entre otros, y su propio auditorio para conciertos y actuaciones. Abrirá sus puertas al público hoy. El precio de la entrada es de 10 euros.