Además de una educación de primera, los protagonistas de Charlie bit my finger… again! pudieron irse de vacaciones y comprar un castillo de juguete para divertirse en el jardín.
Sin embargo, la familia tuvo fuertes críticas por usar a sus hijos y exponer su intimidad en Internet para ganar dinero. En el blog que poseen, cuelgan fotos y cuentan distintas anécdotas de los niños.
En ese corto, se puede ver a Charlie y a Harry cuando eran bebés: mientras el más pequeño muerde el dedo de su hermano, éste gesticula, llora y grita, pero luego ambos se ríen.
En otros, menos divertidos, están los niños un poco más crecidos jugando en el parque temático Legoland o apretando los botones de un elevador a la vez.