Su sistema de predicción fue simple: dos cajas con las banderas de los dos países en
liza y un mejillón en cada una, Paul come uno en primer lugar y ello se considera signo
de que ese equipo ganará.
Lo que empezó como una mera
broma fue consiguiendo un importante eco mediático
por los aciertos de Paul, que adivinó las cinco victorias de Alemania (Australia, Ghana,
Inglaterra, Argentina, Uruguay) y sus dos derrotas (Serbia y España), además del éxito
español en la final ante Holanda.
"Paul ha disfrutado mucho con la atención", indicó a AFP la portavoz del acuario de
Oberhausen (al oeste de Alemania), Tanja Munzig. "Pero ahora va a volver a sus
labores de antes, es decir, a entusiasmar a los numerosos visitantes y hacer sonreír a
los niños", señaló.
Sus días parecen contados, ya que tiene dos años y medio y su esperanza de vida es
de apenas tres.
El viernes, 600 cadenas de televisión siguieron sus predicciones sobre los dos últimos
partidos del Mundial 2010.
El domingo, en Johannesburgo, una pancarta de hinchas holandeses decía "Pulpo
Paul, este noche te has equivocado". Pero Andrés Iniesta dio el título a España y
Paul cerró su pleno, ocho de ocho, confirmándose como uno de los ‘protagonistas
inesperados’ de la Copa del Mundo.