El cantante de los Rolling Stones levantó la voz para que se reabra una sala donde él tocaba junto a sus compañeros en los sesenta. Allá por la década del sesenta, los Rolling Stones solían tocar en una sala de cine londinense conocida como Granada. Al igual que pasa con muchos recintos de este tipo, en los noventa se convirtió en templo evangelista.
Sin embargo, a partir del 2003, La Iglesia Universal del Reino de Dios abandonó el lugar, dejándolo justamente a la buena de Dios. Enterado de la situación, Mick Jagger tomó riendas en el asunto e intentará recuperar ese espacio que había pisado por primera vez en 1964.
“Cines y lugares como el Granada, donde los Stones tocamos en nuestros primeros días, nos han dado un aprendizaje muy importante y son la sabia de nuestra historia cultural. Estos lugares de entretenimiento y disfrute deberían seguir funcionando”, declaró a la BBC el cantante bocón.
También, agregó que “es desgarrador ver cómo la comunidad pierde un edificio tan importante, histórico y bello. Apoyo plenamente la campaña para mantener abierto este lugar, para que las generaciones venideras tengan un espacio donde puedan ver cine, además de desarrollar música y artes”.
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