Según publican los medios españoles, todo comenzó como una simple broma. “Ibas a cualquier lado y todo eran miradas. Tú no te das cuentas hasta que un día te piden sacarse una foto”, comenta Miguel.
Pero su popularidad no terminó ahí. Muchas discotecas de la zona lo llaman para hacer actuaciones y que esté entre la gente como si fuera el verdadero deportista. Claro, le piden que vaya vestido como Lionel. “Me lo estoy pasando bien. Me gusta salir de noche y ahora incluso me lo paso mejor”.
Sin embargo, a veces las cosas no son tan fáciles para el doble de un crak. “Me sabe mal decirle a muchos niños que no soy él porque se les ve tan ilusionados que no quiero romper la magia”, explica Miguel.