Es un ejemplo de vitalidad, energía y fuerza pese a su edad. Mick Jagger está tan fresco en 2008 como hace 40 años y sigue demostrando que le va la marcha: "Un día tendré que pagar mi tributo al diablo". El líder de The Rolling Stones reconoce que le tiene pavor al día a día alejado de la música: "No puedo vivir sin giras y tengo miedo de que llegue el día en que ya no sea capaz de subir a un escenario. Me siento oxidado en cada pausa. El público es el que hace que no puedas aburrirte". Las palabras de Mick Jagger a la revista Playboy van más allá cuando asegura que su euforia sobre el escenario no es comparable a un orgasmo. "Hay momentos de pura felicidad, algo así como una experiencia trascendental y hay momentos en los que no sé donde estoy. Es muy fuerte" si bien dice que los directos "no crean adición".