El serbio Ljubomir Erovic enseña en esta publicación a preparar las bolas de animal en guiso, en churrasquitos y hasta en una pizza. El libro, incluye una video-guía que lo muestra al maestro pelando bolas y agregándoles, salsas, vinos, quesos, vegetales y cortes más benévolos de carne.
En un momento álgido de la obra el cocinero arriesga: "todos los testículos se pueden comer, excepto los humanos, por supuesto". El hombre es el organizador del Campeonato Mundial de Cocina de Testículos.