El felino, que se cree que es el gato vivo más gordo del mundo, se hizo famoso en Estados Unidos al aparecer en el popular programa de televisión Good Morning America, que logró que más de medio millar de personas llamaran interesadas en adoptarlo.
Sólo se conoce otro gato en la historia más gordo que este: un felino australiano ya fallecido que pesaba un kilo más que el estadounidense, según la prensa local.
Según han publicado estos días los medios estadounidenses, la dueña del corpulento gato era una mujer de Nueva Jersey llamada Donna Oklatner, que lo abandonó después de perder su vivienda por no poder pagar la hipoteca.
El padre de su nueva familia está construyendo un "castillo" para que el gato "sea tratado como un príncipe", explicó Harr al citado diario, y detalló que el animal ya ha sido puesto a dieta y sometido a un programa de ejercicio