«Chile es un país que está mirando hacia el futuro», lanzó Bono cuando sólo habían transcurrido unos minutos desde el inicio de su show, cerca de las 21.40. Con esta frase el vocalista de U2 marcó la pauta de un concierto de notable espectacularidad visual y repleto de frases y gestos especialmente pensados para lo que él llamo «the new Chili». El vocalista apareció con una chaqueta diseñada con la bandera chilena, se animó con el «ceacheí», articuló frases en un tieso español como «mijita rica» y «gracias a la presidente Michelle Bachelet», alteró el relato de la canción Beautiful Day citando ciudades chilenas como Atacama, Santiago y Punta Arenas («fin del mundo», llamó a esta última) y aludió al Estadio Nacional, como centro de detención en 1973, con el siguiente mensaje: «Si había algún mal espíritu en este lugar, ellos se han ido».
Cierto. Cerca de 77 mil personas (según Carabineros) reaccionaron eufóricas con cada intervención del cantante que, incluso, remató la presentación con una interpretación de Mothers of the Disappeared (la que en 1998 cantó en este mismo escenario con la Agrupación de Madres de Detenidos Desaparecidos) junto a The Edge tocando el charango que al mediodía de ayer recibiera de parte del Presidente Ricardo Lagos (presente en el palco presidencial durante el recital) en su paso por La Moneda, horas antes de que U2 fuera condecorado ya en el Estadio.
En Santiago, U2 también sacó bajo la manga un guiño clásico de sus actuaciones en vivo: Bono subió al escenario a un niño llamado Ricardo, mientras cantaba Sunday Bloody Sunday, y a dos chicas durante Mysterious Ways. Ya con ellas en la tarima, el cantante siguió la performance con With or Without You. Fue el cierre de una jornada musical que despegó poco antes de las 20 horas con una sólida presentación de Franz Ferdinand y que terminó con los irlandeses despegando hacia Buenos Aires, Argentina, poco después de terminado el concierto.
El grupo escocés abrió anoche el concierto de U2
Tomado de latercera.cl