Paul McCartney y Heather Mills cada vez están más distanciados como quedó de manifiesto cuando la ex modelo tuvo que acudir a un hotel para recoger a la hija de ambos, ya que el ex beatle no quería que lo hiciera en su propia casa, cuenta la prensa sensacionalista británica. Según el diario «Daily Mirror», McCartney, de 64 años, no esperó a ver a quien ha sido durante cuatro años su esposa cuando ésta, de 38, se personó a unos 274 metros de la entrada principal de la casa del artista en Peasmarsh (sur de Inglaterra) para llevarse a Beatrice, de dos años. El rotativo señala que el ex beatle, que se ha ocupado de la pequeña durante la última semana, se negó a que Mills la recogiera en su propia casa y propuso que lo hiciera en terreno neutral. Con este fin, el músico mandó a Beatrice al hotel con una niñera poco antes del mediodía. Media hora después, llegaba Mills para llevarse a la hija en helicóptero en dirección al aeropuerto londinense de Heathrow, donde tomaron un avión a Los Angeles (EEUU).
Aunque McCartney estaba en ese momento también en Heathrow para volar a Nueva York, donde pasará parte del verano, en ningún momento llegó a coincidir con su ex mujer, apunta los tabloides. Tras el anuncio, en mayo pasado, de la ruptura de su relación, McCartney y Mills se han ido distanciando cada vez más. La semana pasada la ex modelo se encontró con las puertas cerradas de la mansión del músico en el barrio londinense de St. John Woods, donde iba a depositar a su hija para que pasara un día con su padre. Según la prensa británica, el ex beatle había ordenado cambiar la cerradura por motivos de seguridad, aunque los amigos de su ex mujer sospechan que lo hizo para «humillar» a Mills.
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