¿Se puede envejecer siendo un Rolling Stone? Se trata de una pregunta que durante muchos años tuvo su justificación. Uno de los miembros fundadores de la banda Brian Jones ya había muerto a los 27 en una piscina, y tampoco los otros -con tanto sexo, drogas y rock and roll- se comportaban como si les interesara demasiado una larga vida.
Pero ahora sí hay una respuesta que todo fan quiere escuchar: se puede. Bill Wyman, quien fue bajista de la banda, es el primero de los Stones que este martes 24 de octubre cumple 70 años.
Aunque haya abandonado el grupo en 1993, de alguna forma sigue siendo parte de él. Por una parte Wyman se convirtió con su libro de 500 páginas «Rolling Stones Story» en una especie de archivo del grupo. Por otro lado sigue valiendo el dicho de Keith Richards, otro sobreviviente del rock: «Uno no puede abandonar simplemente a los Stones. Para hacerlo hay que morir o ser expulsado».
La historia del mayor de los Stones comienza el 24 de octubre de 1936 en la provinciana localidad inglesa de Penge, donde Wyman nació bajo el nombre de William George Perks. El nuevo apellido se lo agregó tras cumplir su servicio militar en Alemania, donde fue enviado por la Fuerza Aérea.
El nombre se lo dio un buen amigo. En Oldenburg también entró en contacto con el rock and roll: en la radio se escuchaba a Elvis.
En diciembre de 1962 llegó a los Stones, donde rápidamente asumió como bajista. También tomó de inmediato el papel del tipo raro. No sólo era el mayor, sino también el único con esposa e hijo.
Durante 31 años permaneció relegado a un segundo plano. En todo ese tiempo apenas escribió tres canciones. Cuando Wyman dijo que el riff de guitarra de «Jumping Jack Flash» había sido idea suya, Mick Jagger dejó de hablarle durante meses.
Sin embargo, hay un éxito que nadie le disputa: Wyman es el autor del single más exitoso escrito por un Stones. El irónico «(Si, Si) Je Suis Un Rock Star» («Sí, sí, soy una estrella de rock»), que grabó en Francia, su país de residencia de entonces, se mantuvo a principios de los años 80 durante semanas en las listas de éxitos europeos.
Poco después el autodenominado fanático del sexo («sólo tuve una o dos mujeres – todas las noches, por cierto») comenzó un romance con una niña de 13 años llamada Mandy Smith. Hasta el matrimonio seis años después -y el divorcio luego de un año – el tema llevó una y otra vez al «Silent Stone» a los titulares. Hoy Wyman está casado por tercera vez con otra mujer y tiene cinco hijos en total.
Wyman justificó su salida de los Stones argumentando que simplemente ya tenía «suficiente». Agregó que después de todo, la banda tuvo sus mejores años entre 1968 y 1972, con discos como «Beggars Banquet» o «Sticky Fingers».
Mientras tanto asumió su papel de memoria de los Stones, entre otros mediante su gigantesca colección privada, donde se encuentra de todo, desde innumerables fotos pasando por boletos de conciertos hasta facturas de un pantalón comprado junto a Jagger y Richards.
En cuanto a la cuestión musical no hay mayores novedades. A veces Wyman se sube al escenario con colegas como Eric Clapton o Peter Frampton y toca blues.
Con los otros Stones también sigue en contacto. Tampoco descarta volver a actuar junto a ellos. Los otros piensan de manera similar. Recientemente hubo un llamado en ese sentido del baterista Charlie Watts, quien le confesó: «Bill, ayer en el escenario volví a buscarte».