En la música, añadió, «hay muchas cosas buenas, pero ocurre que en ciertas ocasiones el rock duro no es apto para las iglesias».
Volvería a reincidir en el tema en el libro Introducción al espíritu de la liturgia, en febrero de 2001: El rock es expresión de pasiones elementales, que en las grandes reuniones de música tienen una relación de carácter cultural, esto es de contracultura, que se opone al culto cristiano, mientras el pop es un culto de la banalidad». Nadie se libra.
”El rock quiere liberar al hombre de sí mismo en el evento de masas y en el desarreglo mediante el ritmo, el rumor y los efectos luminosos, haciendo precipitar a quienes participan en el poder primitivo del Todo, mediante el éxtasis de la laceración de los propios límites».
Mientras, el guardián de la doctrina católica habla del rock y del pop en su libro en el capítulo dedicado a Música y liturgia, en el cual resalta la importancia de la música en la Biblia y en la tradición cristiana.
Tomado de 40 Principales España.