La banda de rock más grande del mundo regresó ayer a los escenarios, al menos por unas horas. The Rolling Stones ofreció en el Phoenix Concert Theatre de Toronto (Canadá) un concierto secreto para unas mil personas que pagaron los 10 dólares canadienses de la entrada. Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts realizaron esta actuación a modo de ensayo y antesala de su gran gira mundial cuyo punto de partida será el próximo 21 de agosto en Boston (EE UU).
Sus Satánicas Majestades siguieron la tradición, impuesta desde algunos años atrás, de tocar en vivo en la citada ciudad canadiense días antes del comienzo de su nuevo periplo, algo que ya hicieron en 2002. Los músicos británicos, que ensayan su nuevo espectáculo en tierras norteamericanas desde el pasado mes de julio, aprovecharon la ocasión para poner a punto algunas de sus composiciones más recientes como Rough justice, Back of my hand, Infamy, que interpretó Keith, y Oh no, not my baby, que ya fue estrenada el pasado 10 de mayo en el conservatorio de música y danza Julliard School de Nueva York en la presentación de su próximo tour. Todas forman parte del enésimo álbum de los Stones, A bigger bang, a la venta el próximo 5 de septiembre.
También tuvieron tiempo de versionar algunos clásicos de personajes y bandas a los que admiran. Así, realizaron sus propias adaptaciones de temas como Ain’t too proud to beg, de The Temptations, Get up, stand up, escrita por Bob Marley y Peter Tosh, y Mr. Pitiful, de Otis Redding.
En los más de 100 minutos que duró el show, Jagger, Richards, Wood y Watts intercalaron grandes éxitos de la banda como 19th nervous Breakdown, Dead flowers, She’s so cold, Tumbling dice, Brown sugar o Jumping Jack flash, con la que cerraron la acutación, que fue grabada en vídeo para su posterior comecialización en DVD.
Tomado de 40 Principales España.