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La hija de Ozzy Osbourne, Kelly, recientemente rehabilitada de su consumo de drogas, admitió que hubiera muerto en caso de no ser internada en un centro especial por su adicción.
«Tomé tanta cantidad de pastillas que me estaba destruyendo el hígado y el estómago. Me la pasaba vomitando mientras fumaba, tomaba alcohol o cualquier droga que me llegara a las manos», declaraba la cantante y actriz a la revista británica Heat.
Sin embargo, admitió que la decisión de sus padres de internarla en un centro de rehabilitación contra la adicción a las drogas «me salvó la vida».
Kelly, de 20 años, protagoniza una serie de televisión para adolescentes de la cadena estadounidense ABC, en la que actúa de una joven obesa con graves problemas de conducta y vínculos.
La hija de Ozzy cobró fama internacional tras participar junto a los miembros de su familia del programa de MTV «The Osbournes».
Tomado de 40 Principales España.
