A pocas horas de su llegada al país, Michael Jackson causó conmoción el martes en Alemania. Mientras el músico estadounidense saludaba a un grupo de admiradores desde el cuarto piso de su habitación de hotel en Berlín, éste sacó un bebé por la ventana y lo mostró con una toalla en la cabeza.
Jackson sujetó al pequeño con una mano sobre la baranda del balcón antes de volver a meterse en la habitación, ante el temor de sus admiradores de que el bebé pudiera caerse.
Jackson también mostró a otro niño de aproximadamente cuatro o cinco años. El niño, cuya cara también estaba cubierta con una toalla blanca, saludó a las personas congregadas frente al hotel.
Una portavoz dijo que Jackson viaja con sus hijos.
El cantante llegó a la capital alemana después de testificar la semana pasada en California en una demanda por 21 millones de dólares entablada por un promotor alemán en relación a conciertos cancelados.
Jackson se encuentra en Alemania para recibir un reconocimiento por su trayectoria artística, en una ceremonia que se celebrará el jueves por la noche.
Jackson tiene tres hijos, dos de ellos con su ex esposa Debbie Rowe — un niño de cinco años de nombre Prince Michael y una niña de cuatro llamada París. También tiene un bebé de menos de un año.